
La niña Sadako Sasaki tenía dos años
cuando se produjo la explosión y nueve años después se le diagnosticó leucemia.
Cuando estaba en el hospital una amiga suya le trajo una grulla de papel y le
contó la historia de las mil grullas, donde se cuenta que las grullas, pájaro
sagrado en Japón, viven durante mil años y poseen el poder de hacer realidad
los deseos. Todo aquel que realice mil grullas conseguirá su más ansiado deseo.
La historia aumentó la esperanza de la niña y empezó a realizar grullas de papel
con gran entusiasmo.
En octubre
de 1955 Sadako murió, hasta ese momento había realizado 644 grullas. Sus amigos
y compañeros se pusieron de acuerdo para finalizar su misión realizando las que
faltaban para llegar a las mil. Con el objetivo y la ilusión de que se pudiera
evitar la guerra en el futuro, los amigos reunieron dinero para construir un
monumento a Sadako y a las grullas.
Actualmente
en el parque de la Paz de Hiroshima se encuentra la estatua de una niña
sosteniendo una grulla dorada. Cada año, personas de todo el mundo realiza
grullas de papel y las manda a la ciudad japonesa y el día 6 de agosto, día
internacional de la Paz, los niños cuelgan las grullas en el monumento a
Sadako.
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